Piccardo

Omar Pizzorno y su esposa Elida se dedicaron a la frutiviticultura desde jóvenes. Instalados en un predio de Canelón Chico -donde aún residen-, tenían variedad de árboles frutales y algunos viñedos destinados a la producción de uva. En aquella época, la elaboración de vinos estaba reservada al consumo familiar.

En 1979 su hija Lilián y Néstor, el esposo, les propusieron dar un giro en la producción y crear la Bodega. Así la familia sustituyó gradualmente parcelas de frutales por viñedos que ganaron mayor superficie. En 1985 llegó la primera Vendimia y con ella la consolidación del gran anhelo familiar.